Nha Kau

El sábado 18 de septiembre nos fuimos a visitar la zona de VARELA, es un sitio con playas interminables de arena finísima y con una temperatura del agua muy agradable. Siendo el Océano Atlántico parece que estemos en el Mediterráneo. La idea era salir por la mañana, después de revisar las curas de los quemados del SIMAO, pero se complicó el día, ya os contaré en el próximo post lo que sucedió esa mañana, y tuvimos que comer cerca del hospital a las dos de la tarde.

Partimos hacia Varela, Raquel, Javier con su 4X4 y yo sobre las tres y media. Hasta SA DOMINGOS hay una carretera asfaltada, pero luego quedan unos 53 Km. de pista de tierra. Las lluvias hacen que este tipo de vía sea algo imprevisible, igual está en un estado aceptable, que te encuentras serios problemas para circular. Tuvimos que cruzar un puente de tablones, porque el agua se había llevado el nuevo hecho de tierra. Sobre las siete de la tarde llegamos a las playas de Varela y no pudimos resistir la tentación de darnos un chapuzón a la caída del sol.

Cuando llegamos estaba desapareciendo por el horizonte, mientras bajamos del auto, el sol se perdió en el mar. Aquí las puestas de sol son espectaculares, en cuestión de segundos se produce el ocaso. Nos dirigimos hacia el hotel de cabañas de la valiente portuguesa Fá. Nos contó que lo construyó su madre y que estuvo a punto de perderlo todo porque los archivos de propiedades etc. se quemaron durante los disturbios de los años 90. Gracias a que ella había conservado una copia de todos estos documentos pudo hacer valer sus derechos. Pasamos un fin de semana bastante tranquilo y agradable, dándonos un bañito y comiendo una estupenda pizza que hizo Franco, el marido italiano de Fá.

La vuelta fue algo mas complicada ya que la noche del sábado a domingo, estuvo lloviendo bastante, y nos costó cuatro horas pasar el tramo de 53 Km de pista, verdaderamente fue agotador pero pudimos visitar un sitio maravilloso que todavía tiene el encanto de los lugares vírgenes.

Paco Brú