lunes, 20 de septiembre de 2010

Trabajo en el Simao Mendes

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Aquí seguimos adelante como cada día. Ayer estuvimos en el Simao de nuevo para atender a los quemados, y durante unas 4 horas curamos a cuatro adultos y cinco niños. Entró un nuevo paciente, un varón de unos treinta y tantos con quemaduras en ambas nalgas, no conseguimos que nos contara que le había pasado, pero poco a poco se van abriendo y nos cuentan sus cosas.

Les compramos unas latas de conserva y unos panecillos además de las chocolatinas para las "crianças ". Todos quieren que les des algo, pero hay que atender a los que de verdad lo necesitan porque otros, dentro de sus limitaciones, sí que pueden valerse por si mismos.

Al finalizar las curas, les dejamos unos "globos" hechos con los cuatro guantes que no habíamos usado, por supuesto con caritas dibujadas con rotulador para que no los usen los "sanitarios", cobrándoselos a cada paciente. El material lo tenemos siempre bajo constante vigilancia, ya que en cuanto te descuidas ha desaparecido alguna tijera, pinza o tubo de pomada. No nos importaría dejar todo, pero no lo hacemos porque después quieren cobrar a los pacientes por "utilizar" esos medios que a ellos no les han costado nada.

Por primera vez vimos a una de las niñas mostrar cierta alegría, fue una simple mirada, mientras estaba inflando los globos/guantes, pero nos llenó para todo el día. Es una niña que padece una lesión un tanto extraña. Tiene una mano en la que únicamente le queda el pulgar, el resto está en carne viva. Me contó Javier que cuando alguien coge algo que no le pertenece, en los poblados del interior (tabancas), al infractor le envuelven la mano con una serie de hierbas muy urticantes que le producen unas lesiones de este tipo. La misma familia es la encargada de "castigar" al que ha cometido la "falta" (que puede ser algo tan simple como coger un mango de un arbol que no sea tuyo). Le cambian cada día las hierbas durante el tiempo necesario para que le produzca el "castigo", teniendo en cuenta que en las "tabancas" suelen ser casi todos familia, resulta bastante desgarrador oir este tipo de historias. No podemos asegurar que sea el caso, pero la lesión es muy rara.

En cuanto a la señora y su hijo que son los mas graves, siguen en estado crítico, ya que en estas quemaduras de gran extensión en cualquier momento puede aparecer una infección por contaminación de las heridas (es la complicación más frecuente), o un fallo renal por la pérdida de líquidos, plasma, etc.

Paco Brú

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