Ayer fue un día muy especial para mí… paseando por el centro, tuvimos la gran suerte de poder asistir a un concierto de la que se considera la mejor cantante de Guinea Bissau, Eneida Marta. Hacía un homenaje a la música moderna de este país, así que nos empapamos bien de su ritmo y de su historia (os la recomiendo!!) A parte de que dejamos a toda la plaza boquiabierta con nuestras coreografías “afro-rumberas”, nuestra gran sorpresa fue ver que estábamos compartiendo la “juerga” con un chico guineense con Síndrome de Down. Me acuerdo que cuando yo estudié fisio (hace mucho, mucho, mucho tiempo ya…), nos decían que no había Downs negros… pues, señores y señoras… sí que existen!!! Y lo que más me sorprendió fue, no sólo que era un chaval de unos 10-12 años (la esperanza de vida de los discapacitados en Guinea es muy pero que muy bajita) sino que la familia lo hubiera llevado a un sitio lleno de gente, cuando normalmente suelen vivir escondidos de todo el mundo. Pero tampoco nos vamos a escandalizar, cuando no hace mucho tiempo en nuestro país más “desarrollado”, se abandonaban los niños en instituciones tipo “Cotolengo”, se les tenía escondidos y marginados de la sociedad.
Quiero pensar que algún día, también en Guinee, habrán escuelas y talleres para estos niños y muchachos, que dejarán de ser vistos como maldiciones o como poseídos por el demonio y que en un próximo concierto, no veremos sólo a uno.
Y como suelen decir… “para muestra, un botón”!! Este año tuve la gran grata sorpresa de saber que regalaron a Casa Emanuel unos terrenos en Ingore, cerca de Senegal, y que piensan hacer allí el primer hogar para la gente más especial de Guinea Bissau.
Núria Puech, voluntaria.
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