Durante estos días pasados en Guinea Bissau, te das cuenta que vas adaptándote a la idiosincrasia del país y de sus gentes. Es un bonito territorio en muchas zonas prácticamente salvaje, en otras, se nota que han tenido tiempos mejores, pero poco a poco "el mato"(la selva), vuelve a recuperar su territorio, con un mantenimiento mínimo, es imposible que las cosas, mecanismos etc. puedan funcionar aquí.
El ejemplo mas drástico lo he visto en mis tijeras, son un tipo de instrumento que solemos utilizar para cortar materiales que no necesitan esterilidad, vendas, compresas, retirar curas etc, suelen ser bastante grandes y llevar accesorios, como cútex etc. Las que me traje de Valencia, me las acababan de regalar de una casa comercial, tenía otras dos iguales desde hacía bastante tiempo, pero cogí las nuevas, a la semana ya estaban perdiendo parte del plástico que protege el filo, y a los quince dias quedaba lo básico para su funcionamiento, por eso no es de extrañar el deterioro general que todo tipo de materiales sufren por aquí.
En cuanto los guinenses, son gentes muy amables y poco amantes de los follones ni jaleos, se nota que no hace mucho que han padecido la violencia en toda su magnitud y no tienen muchas ganas de cosas parecidas, puedes oir alguna discusión o alboroto, pero nunca llega a nada más allá que al intercambio dialéctico, en ocasiones llegamos a pensar los occidentales, que son hasta excesivamente sumisos, puesto que tienen muchos motivos para quejarse y protestar.
En el aspecto del trabajo, va todo muy bien, en Casa Emanuel da gusto ver como evolucionan favorablemente las distintas heridas que en un principio parecían muy complicadas, y con una mínima higiene y unos cuidados razonables van cicatrizando casi sorprendentemente. Sobre los quemados del Simao, reseñar que la satisfacción es mayor si cabe, puesto que resulta más complicado efectuar este tipo de curas en un ambiente muy contaminado y en cierta manera adverso, pero las heridas van mejorando lentamente y no se preveen complicaciones.
Sigue siendo algo duro el oir los lamentos y quejidos, sobre todo de los niños, pero tras ver los resultados de otro tipo de curas, retracciones de cara, miembros inutilizados, etc. Hay que seguir siendo constante con nuestro tratamiento de las quemaduras, es la única posibilidad de que las cicatrices se noten lo menos posible.
Paco Brú
No Response to "Última semana en Bissau"
Publicar un comentario