jueves, 7 de octubre de 2010

Agradecimientos

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Desde la distancia y según van pasando las horas y los días, se suelen ver las cosas de una manera más objetiva, al menos eso quiero creer. Por este motivo he dejado pasar un tiempo para poder contaros cosas de mi amigo Javier; algunos se preguntarán como me atrevo a llamar "amigo" con todo lo que eso implica a una persona que conozco tan sólo hace un mes. Muy sencillo, en estas, bueno mejor dicho, es esas latitudes los procesos vitales se suceden mucho más rápidos y fluidos de lo que estamos acostumbrados, ante ciertas situaciones nos damos cuenta de qué tipo de ser humano tenemos delante. En este caso, Javier, mi amigo Javier, me enseñó lo que verdaderamente significa ayudar a los demás, sin esperar ni pedir nada a cambio, en cualquier momento y sin necesidad de que esté dentro del programa.

Me contaba que la primera vez que vino allá por el 2003 las cosas no eran, desgraciadamente, muy diferentes de lo que podíamos ver en la actualidad. Entonces recorrió parte del interior de Guinea Bissau enseñando-es enfermero-en los poblados las medidas higiénicas necesarias para prevenir una serie de enfermedades como el cólera. No disponia de transporte, por lo que iba a pie y con transportes públicos. Conoció la superstición y la grandeza de estas gentes que tanto ama y respeta.

De su mano he conocido uno de los lugares mas duros y crueles que puede haber en este país, no es una tabanca -poblado- perdido ni un pantano ni una zona del mato -selva- peligrosa e inhospita. Se trata del hospital Simao Mendes, situado en Bissau, la capital del país. En este centro sanitario, ausente de todo tipo de medidas higienicas elementales, conviven -en toda la extension de la palabra- los enfermos con sus parientes en unos desastrosos camastros. Las sábanas, material de curas, medicinas etc. deben aportarlo los enfermos, en caso contrario no pueden ser atendidos.

Allí llegó un día Javier a la sala de quemados, donde una decena de pacientes, en su mayoría niños, se recuperaban de unas quemaduras, en su mayoría de 2º y hasta 3º, producidas por la gasolina de los generadores de electricidad o por los calderos de agua hirviendo para cocinar o asearse. Allí llegué yo en su compañía para descubrir el dolor y el sufrimiento de unas personas, unos niños -cada uno con su historia- que sin unos cuidados mínimos tendrán secuelas invalidantes para el resto de sus vidas.

Permíteme que te dé las gracias, Javier, por mostrarme un trocito de ese impresionante y duro país; también quiero tener un recuerdo para Juan Millet, que siendo de otra especialidad-odontologo- también estuvo con nosotros; para Raquel Izquierdo, gran enfermera y mejor compañera y persona; las dos dulces portuguesas que serán todas unas enfermeras el próximo Enero; y como no, a la Fundación Dr. Ivan Mañero que me ha apoyado en todo momento "saltándose" el programa que tenía establecido, siempre sin descuidar nuestras obligaciones en el Orfanato/hospital Casa Emanuel, y finalmente un saludo para Aurora, enfermera del Servicio de Urgencias de Murcia -qué no habrá visto durante esas guardias- recién llegada que estuvo con nosotros el domingo día 3 de octubre y abría los ojos como platos, alucinada en la sala de quemados.

A todos un fuerte abrazo y a los que seguís, animo y adelante.
Paco Brú

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1 Response to Agradecimientos

Anónimo
8 de octubre de 2010, 0:00

Muchísimas gracias,Paco,por acordarte de los que seguimos aquí, tratando con nuestro trabajo de aportar un pequeño granito de arena a la gente de Guinea-Bissau.
Gracias a ti, por haberte tenido de compañero de voluntariado durante un mes, de la cantidad de chistes que habrás podido contarme, solo me acuerdo de uno, ya sabes aquel "maravilloso,maravilloso", por los buenos momentos que nos has hecho pasar a todos, por tu compañía,por tus sabios consejos...gracias Paco.
Y como no,gracias a Javier,qué más decir de él,aparte de ser una persona super generosa, y que nos abrió las puertas de los quemados del Simao Mendes, y ahí seguimos, haciendo las curas lo mejor que podemos y sabemos, con los pocos medios con los que contamos.
Un besazo enorme para los dos, Paco y Javier, y por favor, seguid siendo así, no cambies nunca.
Raquel Izquierdo.

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