Nha Kau

Durante estos días colaborando con la Fundación Dr. Ivan Mañero en el orfanato/hospital Casa Emanuel y en el Hospital Simao Mendes, he podido ver de primera mano lo que significa nacer en esta parte de África. Las familias suelen ser muy numerosas, como veintitantos hermanos, algunos de padre y madre, aunque la mayoría solo comparten uno de los progenitores; la natalidad es muy elevada pero también la mortalidad infantil de aquí el hecho de que el país se mantenga en, aproximadamente, millón y medio de habitantes desde hace una década.

Es fácil darse cuenta del potencial que tienen, tanto a nivel de tierra cultivable -agua no les falta- como de litoral marítimo, pesca, turismo etc. Algo que se mantiene en el tiempo de esa manera, indica que no acaban de despegar por motivos internos, puesto que ayuda internacional les llega desde tiempos inmemoriales, podrá ser mucha, poca o insuficiente; depende del punto de vista que utilicemos para analizarlo, por cierto, analizado el país debe de estarlo hasta la saciedad, ya que funcionarios de organismos internacionales los hay a patadas- en la capital, por el interior se ven poco esos impresionantes todoterreno nuevecitos y brillantes, con esas siglas tan bonitas- lo que no he podido conocer es lo que hacen con esa información, imagino que una vez recopilada, les sirve para diriguir los esfuerzos del contribuyente de cada país en un sentido de colaboración u otro más eficaz. Seguramente la mejor ayuda que podemos darles es la educación para y en la libertad, sin sesgos de ningún tipo, bien sea político- intereses económicos sobre recursos naturales etc.- o religiosos - adoctrinamientos en favor de una u otra religión. Mientras no tengan la capacidad de organización y visión de futuro que claramente les falta en estos momentos, siempre necesitaran quien los encamine hacia el "progreso"; pero el progreso de quién y a qué precio.

Paco Brú